Mas allá de los tanques y los penachos rojos, las paradas militares son un hecho político en que el país muestra su profesionalismo, pero también el estado de su democracia. Los gestos, los énfasis, las miradas y los actos de generales y almirantes son retratados por las cámaras de televisión, que desde 1962 transmiten el desfile. El presidente Jorge Alessandri iba por cumplir, Frei Montalva buscaba incluso ahí la proyección internacional de Chile, Allende lo veía como una oportunidad para congraciarse con las Fuerzas Armadas y Pinochet, como un acto de disuasión, sobre todo en el tenso 1978 y días después del atentado en 1986. Recordado es el desaire de un general que fricciono la naciente democracia en 1990 y que ahora habla por primera vez.
En total son sesenta las paradas militares televisadas que han marcado la historia de Chile. La caída de un avión de la FACh, el fuego en medio de la elipse, las pifias y los gritos de «asesino» para algunos mandatarios, y la gran cantidad de rifles y pistolas regaladas en cada 19 son algunas de las historias retratadas en esta inédita investigación periodística, que entrega luces sobre la difícil relación entre el mundo militar y político.